miércoles, 9 de mayo de 2007

Vamos a ver: día 11

Su estructura en forma de rompecabezas y un humor negrísimo llevaron a esta película a romper los moldes del cine contemporáneo. Pulp Fiction nos enseñó a pensárnoslo dos veces antes de darle un masaje en los pies a una chica.
Cita memorable:
─ ¿Quieres bacon?
─ No como cerdo, tío.
─ ¿Eres judío?
─ No, no soy judío, es que no me gusta el cerdo, eso es todo.
─ ¿Por qué no?
─ Porque los cerdos son animales muy guarros. Yo no como animales guarros.
─ Pues el bacon esta delicioso. Y también las chuletas de cerdo.
─ Mira, tal vez la rata sepa a caviar, pero yo nunca lo sabré porque no como animales asquerosos. Los cerdos se revuelcan y buscan su comida entre la mierda. Si no saben distinguir sus excrementos, ¿cómo voy a comerlos?
─ También los perros se comen sus cacas.
─ Tampoco como perro.
─ ¿Consideras a los perros animales asquerosos?
─ Yo no diría que son asquerosos, desde luego son sucios, pero los perros tienen personalidad, y la personalidad cuenta.
─ Según esa filosofía si un cerdo tuviese personalidad dejaría de ser un animal asqueroso, ¿es eso?
─ Pues ese sería un ejemplar realmente encantador.

Pulp Fiction (Quentin Tarantino, 1994)
Guión de Quentin Tarantino.
Historias de Quentin Tarantino y Roger Avary.

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