Vamos a ver: día 3

Ayer, como cada día al llegar a casa encendí el televisor. Mientras me preparaba la cena, comencé a percibir un olor fuerte y desagradable. Un olor mezcla entre fritanga y producto caducado hace semanas. Primera conclusión, errónea por supuesto, algo se ha echado a perder en la nevera. La carne bien. La fruta bien. Latas de conservas y lácteos, bien. El olor aumentaba a medida que lo hacía mi desesperación. Cubo de la basura en su sitio. Desagües, cañerías y otros elementos en perfecto estado. Entonces, ¿qué puede ser?.
Cambio de escenario, el comedor. El hedor se hacía insoportable en esta zona del piso. Qué será. La calle, no. A ver, a ver... ¡Sorpresa! ¿La tele? El televisor apestaba a fritanga. A refrito. A bar de polígono industrial. ¿Por qué? La respuesta la tenía delante de los ojos y no la veía. Era TELE 5 y su nueva versión de Robinson Crusoe, SUPERVIVIENTES.
Una temporada más vuelven los famosillos a tirarse al agua. A perderse durante unas semanas en una isla del caribe. Pruebas chorras, familia sacándose los ojos en el plató, primeros planos de carnes embutidas en bikinis tres tallas más pequeños... O lo que es lo mismo, lo de otras ediciones con otras caras. Refrito de un refrito. Creo que el casting para conseguir a los participantes se basa en el índice de grasa corporal de los mismos. Es decir: ¿Qué famosillo de turno está gordo, y quiere perder peso en nuestra isla?
Entiendo que puede tener cierto morbo ver desnutrirse a un ex GranHermano, pero, ¿no les saldría más a cuenta pagar unas liposucciones y un fin de semana en la costa?
Además, el momento cumbre del programa se ha vivido el día del estreno. Cuando un tal Valerio nominó a su compañera Rebeca Loos (compañera de noches de Beckham), escribiendo esto en una pizarra: REBEKAM.

Un consejo para terminar: se recomienda tener al lado del mando a distancia un buen ambientador.